“Una persona no se educa a sí misma, es todo un entorno el que educa”, dijo Joana de Lestonnac. Para tener un efecto duradero y continuo, el proceso de enseñanza-aprendizaje presupone la existencia de un entorno propicio de libertad, autonomía y respeto mutuo entre todos los participantes de la Comunidad.

Entendemos que educamos no solo con palabras, sino principalmente con nuestros gestos y actitudes. Como esta es nuestra convicción, nuestro compromiso es seleccionar con sumo cuidado a cada uno de los integrantes del Equipo de Educadores, que deben estar en sintonía con la misión y los valores de la Compañía de María.

La construcción de una auténtica Comunidad Educativa es un objetivo que nunca se alcanza del todo. Sin embargo, es un ideal que queremos y un compromiso que asumimos.

También promovemos reuniones periódicas y capacitaciones específicas, para que todos los miembros de nuestro Equipo sientan que comparten con nosotros este mayor esfuerzo a favor de una Educación Humanista y Cristiana, misión asumida por todos los que formamos parte de la Familia Compa.